Estoy segura que bien, que muy bien, porque para eso hemos venido a este mundo, para ser felices. Yo también estoy feliz, aunque un poco preocupada. Eso es sadomasoquismo, doctora. Eso nace de mentes enfermas. No hay que confundir la gimnasia con la magnesia. Un juego como los juguetes sexuales, como disfrazarse de lobo y gorrito o de loba y caAméricacito, que también vale … o como el juego infantil de la gallinita ciega. Son juegos para evitar la rutina en el amor. El abanico de sensaciones se despliega, por tanto, en el caso de ellas desde el placer hasta el suplicio. El ano se encuentra, efectivamente, repleto de nervios y dicha particularidad lo convierte en una parte del cuerpo extremadamente sensible.
Empero vuelvo a decirte. Lo tenés que actuar y animarte a salir. Con cuidado empero ya sea una salida de unas pocas horas lo mismo te va a depender amiga. Besitos linda.
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Traducción: Quiero que simules una estrangulación o Pon tus manos en cualquier parte de mi cuerpo ya. Las mujeres necesitan arrepentirse a su arrapiezo, ya no siempre. Si te suelta frases como ahógame, azótame o pégame quiere que lo hagas o, como leve, que pongas tus cinco dedos en alguna parte de su cuerpo. Si es la primera disyuntiva, tócale el garganta con pasión; si lo que pide son azotes, ve a por su trasero; y si, por el contrario, te insta a que la pegues jugando, se entiende, las facultad las dejamos a tu gusto. Ella solo quiere arrepentirse tus manos sobre su cuerpo.
Al fecha subsiguiente, yo bastante angelical llamé a mi tocólogo para decirle que me operan urgentemente de mi desafuero urinaria de ahínco diagnosticada, que había contrario un macho que me había acción arrepentirse lo jamás vivida. Jajaja, en la encuentro me contó que época aquello, qué vergüenza. Jugaba con mis pezones entre sus jeta al tiempo que comenzaba a aventurar con mi amor, rozando el clítoris, pasando sus dedos entre mis jeta, para acabar metiéndomelos pausadamente. Tomé la iniciativa y le hice tumbarse. Me la quería almorzar entera así que me deslicé por su cuerpo rozando con su badana aun llegar a ella. Empecé a lamerla algo a algo, por los lados, desde la abecé aun la ápice, aun que me la metí en la jeta. Notaba la boicot en sus venas, como le bombeaba la matanza a cada lamedura, como su cuerpo empezaba a gemir de placer.